Sólo él es capaz de hacer esas cosas, que muchas veces rozan con lo inverosímil. Y que, valgan verdades, están para colgarlas en el Youtube. Sucedió al minuto 16' de complemento, cuando un mar verde se había atrincherado en su zona. Tiro libre a unos 35. El Pincel pide el balón, toma carrera y dibuja una parábola perfecta. Jimmy Schmidt vuela, pero sólo para la foto. Golazo. De otro partido.
Juan Carlos Oblitas se pone de pie. El Extremo Celeste se rinde ante la joyita que se acaba de fabricar en el San Martín. Y él, el zurdo que tiene el rótulo de intermitente, empieza el festejo interminable. Atrás van sus compañeros, uno a uno, todos saltando y festejando el 2-0 final sobre el Sport Ancash.
Pero Renzo Sheput quiere más. Entonado por su golazo continúa con su show. Pase al vacío al debutante Malingas Jiménez, triangulación con Roberto Palacios en la mitad del campo, remate con chanfle al segundo palo que hace levantar de sus asientos a los hinchas bajonpotinos.
El partido, en ese entonces, ya tiene a la figura excluyente de la tarde. Y así Cristal (sabiéndose, además, superior ante un tímido Ancash) no hizo más que apelar a la experiencia de sus jugadores para rotar el balón hasta el cierre.
Aunque todavía había tiempo para un festejo más. Y este llegó en los descuentos. Edwin Pérez se disfrazó de atacante, llegó a la línea de fondo y su centro al corazón del punto del penal fue bien aprovechado por el Vagón Hurtado, quien con golpe de cabeza sentenció el compromiso.
Cristal ya lleva cinco victorias al hilo y vuelve a ser protagonista. Su hinchada respira optimismo. Oblitas muestra una sonrisa Kolinos.
Pero, lo más importante, es que volvió a aparecer ese muchachito que es capaz de hacer cosas impensadas con el balón. Renzo Sheput es su nombre. Y lo apodan el Pincel.
Juan Carlos Oblitas se pone de pie. El Extremo Celeste se rinde ante la joyita que se acaba de fabricar en el San Martín. Y él, el zurdo que tiene el rótulo de intermitente, empieza el festejo interminable. Atrás van sus compañeros, uno a uno, todos saltando y festejando el 2-0 final sobre el Sport Ancash.
Pero Renzo Sheput quiere más. Entonado por su golazo continúa con su show. Pase al vacío al debutante Malingas Jiménez, triangulación con Roberto Palacios en la mitad del campo, remate con chanfle al segundo palo que hace levantar de sus asientos a los hinchas bajonpotinos.
El partido, en ese entonces, ya tiene a la figura excluyente de la tarde. Y así Cristal (sabiéndose, además, superior ante un tímido Ancash) no hizo más que apelar a la experiencia de sus jugadores para rotar el balón hasta el cierre.
Aunque todavía había tiempo para un festejo más. Y este llegó en los descuentos. Edwin Pérez se disfrazó de atacante, llegó a la línea de fondo y su centro al corazón del punto del penal fue bien aprovechado por el Vagón Hurtado, quien con golpe de cabeza sentenció el compromiso.
Cristal ya lleva cinco victorias al hilo y vuelve a ser protagonista. Su hinchada respira optimismo. Oblitas muestra una sonrisa Kolinos.
Pero, lo más importante, es que volvió a aparecer ese muchachito que es capaz de hacer cosas impensadas con el balón. Renzo Sheput es su nombre. Y lo apodan el Pincel.
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